¿Es admisible que bibliotecas públicas como las de la Comunidad de Madrid alberguen libros de contenido homófobo?

Sorprendidos nos quedamos. Esta es la pregunta que se hacen en el blog de temática homosexual Dos Manzanas:

«No es una pregunta retórica: un lector de dosmanzanas ha compartido con nosotros su indignación por la existencia de libros que propugnan “terapias reparadoras” o “reparativas” de la homosexualidad en la red de bibliotecas de la Comunidad de Madrid. ¿Debe permitirse que se destinen fondos públicos a textos desacreditados por las asociaciones de profesionales de la salud mental?

Una sencilla búsqueda de libros con la palabra ‘homosexualidad’ en el título entre los fondos de la red de bibliotecas de la Comunidad de Madrid arroja resultados como “Quiero dejar de ser homosexual: casos reales de terapia reparativa”, “Cómo prevenir la homosexualidad: los hijos y la confusión de género” (ambos de Joseph Nicolosi, cofundador de la virulentamente homófoba NARTH), “Homosexualidad y esperanza: terapia y curación en la experiencia de un psicólogo”, “Comprender y sanar la homosexualidad”, etc. Ahora bien, el consenso entre los profesionales de la psiquiatría o la psicología es rotundo: la homosexualidad no es una enfermedad, y por tanto no es susceptible de “curación”; las “terapias reparativas” no tienen fundamento científico alguno, son perjudiciales o inútiles en el mejor de los casos, y deben ser abandonadas.

Entonces, ¿qué sentido tiene la existencia de tales libros en bibliotecas públicas? Podría justificarse su presencia en base a la libertad de expresión, o a su interés intrínseco como ilustración de lo que ocurre cuando los prejuicios se anteponen a la ciencia. Pero incluso con esas consideraciones, quizá convendría identificarlos de una forma expresa, claramente separados de aquellos textos basados en una ciencia rigurosa. Sobre todo porque no son inocuos: pueden, objetivamente, causar un daño grave e irreversible.

Pero incluso el argumento de la libertad de expresión se antoja insuficiente cuando sustituimos “homosexualidad” por “raza” o “etnia”: ¿sería posible encontrar libros en una biblioteca pública que defendiesen que los judíos son una raza inferior? ¿O, más bien, las personas LGTB somos una minoría a la que aún es lícito discriminar?

Muy probablemente la Comunidad de Madrid no será la única donde ocurra esto, pero resulta paradójico que unas instituciones públicas actúen contra estas “terapias” mientras otras les dan una cierta difusión.»

Realmente la denuncia nos deja estupefacto. ¿Es posible que los bibliotecarios de la Comunidad se estén gastando el dinero público en poner al alcance de todo el mundo, adolescentes incluidos,  abundantes libros de este tipo?.

Desde luego el post ha conseguido crear una interesante polémica. Véase si no la larga ristra de comentarios -que envidia- que le sigue. A destacar el nº 32 de Chico por ingenioso y el 50 de un compañero bibliotecario catalán.

Pero la denuncia tiene un fallo fundamental  en su planteamiento. Resulta que de los cuatro libros propuestos, tres de ellos sólo están en la Biblioteca Regional de Madrid y en la Manuel Alvar. En ambos casos la forma de adquisición ha sido por depósito legal.

Por supuesto que si no eres bibliotecario no tienes porque conocer estas cosas. El depósito legal es una obligación que tienen todas las imprentas del país de dar –gratuitamente– tres ejemplares de todos los  libros  que impriman a las bibliotecas. Uno irá destinado a la Biblioteca Nacional de España, que también tendrá estos libros homófobos.  Los otros dos van a la Biblioteca Autonómica de cada región y a la Biblioteca  Pública del Estado. En nuestra Comunidad estas son respectivamente, la Biblioteca Regional y la Manuel Alvar.

Como vemos no hay ninguna compra por parte de la Administración y tampoco ninguna selección por parte de los bibliotecarios. Sencillamente todos los libros impresos en imprentas de la CAM van a estas bibliotecas. Digan las barbaridades que digan.

En cuanto al acceso hay que señalar que la Biblioteca Regional ni es una Biblioteca Pública ni tiene préstamo a domicilio de sus fondos. Solo se pueden consultar allí mismo. Y no creemos que vayan muchos adolescentes a hacerlo. Esta, más bien, enfocada a investigadores.

La Biblioteca Manuel Alvar si presta los libros de Depósito Legal, pero no están en las estanterías sino en un depósito cerrado con lo cual es difícil dar con ellos sino los estas buscando.

El único libro de los propuestos que parece si ha ingresado por compra es el titulado: Homosexualidad y esperanza : terapia y curación en la experiencia de un psicólogo / Gerard J.M. van den Aardweg. Únicamente esta en tres bibliotecas públicas de toda la red.

Pensamos que puede ser admisible su solitaria presencia como ejemplo de un tipo de enfoque que, aunque podamos no estar de acuerdo con el mismo, por desgracia existe.

11 comentarios en “¿Es admisible que bibliotecas públicas como las de la Comunidad de Madrid alberguen libros de contenido homófobo?

  1. Sinceramente, creo que en las bibliotecas públicas tiene que haber de todo, como en la vida misma. Igual que puede haber libros que refuten la teoría darwinista de la evolución, libros que defiendan el comunismo soviético, o libros sobre cómo cocinar insectos… yo qué sé!
    Me parece que prohibir las cosas no es la solución. Si una parte de la sociedad cree que la homosexualidad se cura, pues allá ellos! Ninguno tenemos derecho a decirles cómo tienen que pensar, sólo tenemos la obligación de proveer documentos que muestren los distintos puntos de vista, y que sea la gente la que decida en consecuencia. No podemos adoptar una actitud paternalista, la gente no es tonta.

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  2. [vía fb]

    M.D.A

    La comunidad científica no contempla como enfermedad la homosexualidad desde el (DSM-III-R) en 1986. Con lo cual se está produciendo un acto de desinformación a los usuarios imperdonable en las bibliotecas cuya misión y razón de ser es justo la contraria.

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  3. [Vía FB]

    P.S.

    Bueno María veo en tu perfil que eres licenciada en Documentación. Obviamente tú si conoces lo que es el depósito legal. No creo que podamos reprochar a las bibliotecas los documentos que entran en la misma por D.L. y sin ningún tipo de com …pra o selección de los mismos.
    En el post de la Plataforma COABDM creo que se explica muy bien.

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  4. [Vía FB]

    M.D.A.

    Por supuesto que sé lo que significa el Depósito Legal y a lo que ello obliga, mi reproche no va tanto contra las bibliotecas como contra esa doble moral pseudocientífica que aún se encuentra amparada en nuestra sociedad y a la que se le presta cierta cobertura admitiendo sus libros en nustras bibliotecas.

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  5. [Vía FB]

    Estitxu

    Me parece que es una cuestión peliaguda de contestar; no obstante a todos nos han tocado catalogar libros de «esta temática» u otros que no son afines a nuestros pensamientos…pero lo hemos hecho.
    De la misma manera que se replantee la com …pra (en el caso, que ya se ha visto que dos libros entraron por DL) de estos libros, ¿habría que enfocar las adquisiciones de los fondos acorde a la ideología de la biblioteca o centro de documentación? Yo creo que no. Que una publicación no nos guste no signifique que no exista y darle la espalda sería un retroceso.
    Además creo que el problema de escribir ese libro no es el hecho de escribirlo, sino creer lo que se escribe…y ahí entra la educación colectiva y la individual.

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  6. [Vía FB]

    Plataforma COABDM

    Obviamente el debate sobre la deontología profesional es apasionante y además en nuestro país está en ciernes en este preciso momento. Pero al margen de esto, la biblioteca pública obligada a D.L., que no todas lo están, tiene la grandeza d …e servir también de escaparete a este tipo de «conocimientos», de manera que este se retrate a sí mismo ante la sociedad, ayudando a provocar contraargumentaciones y a afianzar el rechazo a este tipo de pensamientos en pleno siglo XXI…Desde la biblioteca, escondiendo su existencia, censurando su entrada en el fondo, además de poder ir contra la ley de D.L., no evitará su «difusión». Quizás la respuesta está un paso antes, en la publicación con fondos públicos, por ejemplo. Siempre un autor puede y debe escribir en libertad, lo cual no quiere decir que alguien se lo publique…

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  7. Interesante vuestros comentarios Laura y demás compañeros. Copiamos otro que hemos puesto en el blog Dos Manzanas donde se esta desarrollando un interesante debate:

    Platf COABDM:

    Pues gracias por la idea Ave. Pero si haces la búsqueda en el catálogo de las Bibliotecas de la Comunidad: http://www.madrid.org/biblio_catalogos creo que se demuestra claramente la ausencia de homofobia a la hora de seleccionar los libros.

    Lo mejor es restringir la búsqueda a Bibliotecas Públicas de la Comunidad de Madrid. Así sólo buscas entre los seleccionados y no en los de depósito legal.

    De las editoriales afines al movimiento gay nos salen 62 libros de Odisea y de Egales 138. No parece un número escaso.

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  8. Siguiendo ese mismo criterio, habría que vetar todos los libros sobre OVNIS, las llamadas «terapias alternativas», de astrología, etc., nada de lo cual está reconocido por la ciencia. Incluso de Homeopatía, que parece tener algo más de «respetabilidad». La corrección política (forma suave de llamar a la censura) no debe ser lo que guíe nuesta actuación. No somos nadie para decidir lo que puede leer la gente o no. Lo que debemos fomentar es el pensamiento crítico, no dirigir el pensamiento hacia lo que la corrección política dicta. Eso es propio de regímenes totalitarios.

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  9. Según mi opinión, es cierto que el acceso libre a la información independientemente del contenido, pero también es cierto que los sistemas bibliotecarios se rigen por una política concreta. Es ahí, y no en la prohibición y la censura, donde debería haber una iniciativa de cambio: una orientación a favorecer la tolerancia y la diversidad afectivo-sexual, puede traducirse en guías de lectura, exposiciones, talleres y otras actividades similares.

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  10. Puntualizando el mensaje anterior, me refiero a que, a la hora de luchar contra la homofobia en las bibliotecas, la solución no está en limitarse a expurgar libros de contenido homófobo, como si fueramos la Inquisición. Orientar la política de selección a favorecer la eliminación de estos prejucios en la sociedad, no tiene nada que ver con la prohibición y la censura, sino en adecuar la política bibliotecaria a su misión y responsabilidad como servicio público. Si la promoción de la lectura nos parece bien, de igual modo debe haber un fomento de la tolerancia hacia cualquier tipo de racismo, xenofobia, machismo, sexismo y, por supuesto, homofobia.

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  11. Estamos totalmente de acuerdo contigo Begogd. Pero todo este conflicto, que por otra parte ha producido un interesante debate, parte de dos malentendidos.

    El primero es pensar que las obras, claramente homófobas, que se denunciaban en el blog Dos Manzanas estaban en las bibliotecas por una libre elección de algún bibliotecario. Creo que ya hemos demostrado que la mayoría entraban por Depósito Legal. Y que además normalmente no están en présstamo domiciliario.

    El segundo malentendido es creer que todo lo lo que dices en tus comentarios no lo hacen ya desde las Bibliotecas Públicas de la Comunidad.

    Compran libros, y estos si son elegidos por los bibliotecarios, de orientación LGTB. Así lo poniamos en un comentario un poco más arriba:

    «De las editoriales afines al movimiento gay nos salen 62 libros de Odisea y de Egales 138. No parece un número escaso.»

    También se han hecho guías de lectura abiertas a la diversidad afectivo-sexual como tú pides. Creemos recordar una llamada «Otras familias» de hace tiempo.

    Las Bibliotecas de la Comunidad de Madrid adolecen de muchos defectos. Y en este blog hemos denunciado unos cuantos. Pero entre estas deficiencias no está precisamente la de fomentar la homófobia.

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