Llegan los vecinos bibliotecarios. ¿Se van los bibliotecarios?.

Llegan los vecinos bibliotecarios.

El Ayuntamiento de Madrid pretende hacer funcionar las nuevas bibliotecas municipales que están pendientes de apertura con los trabajadores que cubran los puestos vacantes aportados por la Comunidad en el traspaso de la red de bibliotecas regionales y con voluntarios cualificados de las asociaciones y los grupos vecinales.


Así lo anunció este martes el delegado de Las Artes, Fernando Villalonga, en su primer acto público en el cargo, en la biblioteca del barrio de San Isidro, en Carabanchel, que abrirá en el segundo semestre del año. Quiso transmitir la necesidad, en tiempos de crisis, de que la comunidad participe en el trabajo y la dirección de espacios públicos, al estilo del modelo de participación estadounidense.

Villalonga explicó que esta semana han reiniciado las conversaciones para que la Comunidad de Madrid transfiera al Ayuntamiento 13 de las 16 bibliotecas de la red regional. Las tres restantes quedarán de la siguiente manera: dos serán reconvertidas en bibliotecas escolares al encontrarse en colegios y la tercera es la biblioteca del Estado y requerirá para su transferencia negociaciones con el Ejecutivo central.


Esta operación supondrá el traspaso de 411 trabajadores a la administración municipal. El delegado no ha concretado qué condiciones laborales tendrán. Lo que sí ha anticipado es que el nuevo ‘statu quo’ traerá un ‘superávit’ de 54 puestos vacantes  aportados por la Comunidad. El Consistorio estudiará que con el personal que cubra esas plazas vacantes se gestionarán los nuevos centros pendientes de apertura (San Isidro, Casa de Fieras y Víctor Espinós en Conde Duque) con el apoyo de vecinos voluntarios, para incentivar el modelo de participación ciudadana. Lo que no contó el delegado fue que, de esta manera, también se cumple con el plan de amortización de puestos de trabajo municipales, integrado en el plan de austeridad municipal.

Fuentes de la plataforma para la creación del colegio profesional de archiveros, bibliotecarios y documentalistas de Madrid, explicaron a Madridiario que es inadmisible que se pongan a funcionar este tipo de infraestructuras con voluntarios. «No nos oponemos a que participen en actividades secundarias como cuentacuentos, o talleres familiares, pero no en funciones que deben hacer profesionales», comentaron’.

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